En una tarde helada de invierno, se encontraban dos niños patinando, cuando de repente el hielo se quebró y uno de los niños cayó al agua, mientras su amigo con una pequeña roca comenzó a golpear el hielo logrando sacar a su amigo.
Minutos después llegó la ayuda, pero los rescatistas no lograban entender como es que con una pequeña roca y las manos pequeñas del niño, logro romper el grueso hielo.
Pero un anciano que había observado todo les dijo como lo logro, y es que es simple, no había nadie que le dijera que no podía hacerlo.
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Historia atribuida a Albert Einstein (1879-1955)
